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En el corazón de la Ribera del Duero, nuestra familia ha escrito su historia con el vino durante cuatro generaciones. Desde nuestros bisabuelos hasta hoy, el amor por la tierra, el cuidado de las viñas y la dedicación a los métodos tradicionales han sido el alma de nuestro trabajo. Para nosotros, el vino no es solo un alimento, sino que expresa una forma de vida, a la que hemos dedicado nuestra pasión y esfuerzo.
Nuestra propia marca de vino nació en un momento de incertidumbre global, durante el confinamiento del Covid-19. Mientras el mundo se detenía, nuestras viñas prefiloxéricas, con siglos de historia, nos dieron en octubre de 2020 una de las mejores añadas que jamás habíamos soñado. Ese momento nos reafirmó en nuestra misión: seguir creando vinos auténticos, aquellos que hablan de la tierra, del tiempo y del amor que ponemos en cada botella.
Elaboramos nuestros vinos con una mezcla única de respeto por lo tradicional y una pasión casi desbordante por lo que hacemos. En cada paso del proceso, desde la poda hasta el embotellado, nos mueve una ilusión y un compromiso que rozan la locura. Porque no se trata solo de crear un gran vino, sino de mantener viva la esencia de nuestra familia, nuestra tierra y nuestras raíces.
Sabemos que un gran vino no solo se bebe, sino que se siente. Y es esa emoción, esa magia, la que queremos compartir con cada persona que nos elige.
Bienvenido a nuestra familia, bienvenido a Alto de Castro.
Alto de Castro expresa el topónimo donde se encuentran los majuelos mejor valorados por su excelente ubicación en altura, estando situados en la parte más alta de las laderas donde por encima de ellos se culmina en cerros testigo con vegetación muy escasa. Este privilegiado lugar goza de una buena orientación hacia el sol de la tarde quedando protegido a su vez del cierzo del norte y las fuertes heladas de invierno.
En todos los montículos elevados que encontramos en los aledaños por donde discurre el río Duero, o bien aparecen torres defensivas medievales con Castillos en las plazas más importantes o restos de piedra donde se asentaban los castros celtíberos
Ejemplos de todo ello son los importantes vestigios que han quedado en nuestra comarca y que describen nuestra Historia con importantes huellas en todo nuestro entorno. De este modo vemos que en la antigua ciudad romana de Clunia Sulpicia (Alto de Castro) a escasos 15 kilómetros de nuestras viñas, existen múltiples mosaicos con cráteras de vino y hojas de vid, así como también aparece en Baños de Valdearados, muy próximo a nuestras viñas el mosaico romano dedicado a Baco que es de los más grandes en toda nuestra Península sabiendo que en estas laderas se ha vinificado durante más de los últimos dos mil años.
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